En las últimas tres décadas la edad media de las mujeres en tener su primer hijo, ha pasado de los 24 años en 1976 a los 33 en 2016, según datos del INE. Este retraso en la edad de la maternidad ha provocado una disminución en la fertilidad de la mujer, ya que con el tiempo los óvulos van perdiendo calidad y por lo tanto, a medida que aumenta la edad de la mujer, sus óvulos también envejecen.
Según especialistas a partir de los 35 años la edad fértil de la mujer desciende considerablemente. Lo que ha fomentado un aumento del uso de la medicina reproductiva con distintos tratamientos como por ejemplo la vitrificación de óvulos para preservar la fertilidad de las mujeres.
En este sentido, un equipo de investigación del Shiga University of Medical Science (Japón), ha realizado un estudio en ratones utilizando un fármaco tipo progestágegeno, llamado Dienogest, usado actualmente como anticonceptivo (cuándo se combina con estrógenos) y para tratar la endometriosis.
En el estudio realizado con ratones, la aplicación de dienogest, logró frenar significativamente el desgaste de los folículos primordiales en los ovarios y bloquear la ovulación. Los ratones tratados con el fármaco presentaban una reserva de óvulos más grande que los ratones no tratados de la misma edad y, tras suspender el tratamiento, los ratones que se les había aplicado el fármaco eran más fértiles, tuvieron más crías que a los que no se les había aplicado.
Es importante señalar que este hallazgo ha sido realizado en un estudio con ratones, por lo quedaría aún por confirmar su eficacia en humanos, a la hora de conservar in vivo óvulos de buena calidad y capacidad reproductiva hasta edades relativamente avanzadas de la mujer.
Hasta ver si esta investigación prospera, por el momento, la mejor opción actualmente es la vitrificación de ´óvulos. Una alternativa cada vez más demandada que permite conservar óvulos óptimos para una posterior fecundación in vitro, en el momento en que la mujer decida que quiere ser madre.
