Los pólipos endometriales, tumores benignos en un 95 por ciento, intrauterinos y relativamente comunes, pueden producir sangrados uterinos anormales, sobre todo intermenstruales, e infertilidad, ha indicado el miembro del equipo de la unidad de la Mujer del Hospital Ruber Internacional (Madrid), el ginecólogo Alfonso Duque, aunque ha precisado que la mayoría son asintomáticos.
"Si en algún momento se hacen sintomáticos, generalmente producen sangrados uterinos anormales y se presenta entre el 64 y el 88 por ciento de las mujeres con pólipos. El sangrado intermenstrual es el síntoma más frecuente en mujeres premenopaúsicas con pólipos endometriales", ha indicado el experto.
"El volumen de sangrado suele ser pequeño y puede ser sólo manchado. Pero también es frecuente el sangrado postcoital y es común el hallazgo en pacientes asintomáticos que consultan por infertilidad", ha subrayado el doctor Duque.
Los pólipos endometriales son glándula constituidas por tejido endometrial, la capa más interna del útero, responsable durante el embarazo de albergar el embrión y de los ciclos menstruales. Sin embargo, no se desprenden durante la regla como hace el endometrio, sino que permanecen unidas a la pared uterina.
La alteración de hormonas reguladoras de proliferación y liberación menstrual del endometrio contribuyen al crecimiento irregular de las glándulas endometriales y su vascularización dan lugar a los pólipos.
Los pólipos endometriales pueden aparecer a partir de los 40 años de edad pero la prevalencia entre los 45 y los 50 años es mayor. Incrementan la hipertensión arterial, la diabetes y la obesidad.
"Por ello, es importante analizar el grosor endometrial y, si es preciso, se completará el estudio con una histeroscopia diagnóstica, con o sin biopsia de endometrio. El principal objetivo de estas pruebas es descartar el cáncer de endometrio, ya que un diagnóstico precoz hace que el pronóstico sea en un alto porcentaje muy favorable", ha explicado el doctor Duque.
Una revisión sistemática de 17 estudios observacionales que incluyeron a más de 100.000 mujeres informó que la incidencia de pólipos malignos o hiperplásicos fue significativamente mayor en mujeres posmenopaúsicas en comparación con mujeres premenopáusicas.
DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO
Los pólipos endometriales suelen diagnosticarse "en una exploración ginecológica rutinaria a través de la historia clínica y la exploración ecográfica, se confirman mediante la realización de la histeroscopia diagnóstica y son los causantes de la mayoría de las histeroscopias quirúrgicas. Este procedimiento clínico, nos permite confirmar y localizar la lesión, así como evaluar detalladamente el endometrio", ha explicado el experto.
"Gracias a la histeroscopia se pueden diagnosticar de forma precoz enfermedades como la hiperplasia endometrial o los distintos tipos de carcinoma endometrial", ha agregado el doctor Duque.
El experto también ha destacado que otras técnicas que pueden ayudar al diagnóstico son la la histerosalpingografía o radiografía de las trompas, y la sonohisterografía o ecografía con infusión de líquido dentro del útero. "Técnicas que precedían a la histeroscopia, como la realización de un legrado uterino, dejaban sin diagnosticar más del 10 por ciento de los pólipos", ha asegurado el experto.
En referencia al tratamiento, el más adecuado es la extirpación de cualquier pólipo que sean sintomático, es decir, que produzca sangrado o infertilidad.
Se realiza a través de una técnica "sencilla denominada politectomía histeroscópica y que se realiza habitualmente de manera ambulatoria", ha apuntado el doctor Duque, que ha matizado que "en pacientes premenopáusicas con pólipos totalmente asintomáticos, de aspecto funcional y menores de 10 milímetros, procede simplemente mantener una actitud expectante, con controles ecográficos cada 6 meses para evaluar su crecimiento".
Fuente: Europa Press