En los últimos años, gracias al desarrollo de la microbiología, los microorganismos que conviven dentro del cuerpo humano han cobrado cada vez una mayor importancia como agentes implicados en muchas de las funciones claves del organismo.
En este sentido, el avance de las nuevas técnicas de secuenciación genómica ha puesto de manifiesto el posible papel que puede tener un adecuado mircobioma del tracto reproductivo femenino( conjunto de genes de los microorganismos que habitan en vagina y útero), en el éxito o fracaso de un embarazo.
Aunque los estudios y literatura científica es aún escasa, necesitando mucha más investigación al respecto. Un artículo publicado recientemente en la revista Nature Medicine revela cómo afecta el microbioma vaginal al embarazo, concretamente al riesgo de parto prematuro. Señalando la influencia que puede tener las alteraciones negativas de este microbioma vaginal en el riesgo de prematuridad.
Al igual que el microbioma, la microbiota del tracto reproductivo femenino (población microbiana presente en útero y vagina) juega también un papel muy importante en la salud reproductiva. En este sentido, las bacterias del género Lactobacillus están muy relacionadas con un estado saludable.
Así, en los resultados obtenidos en el estudio publicado en al revista Nature Medicine, las mujeres que dieron a luz prematuramente tenían niveles más bajos de "Lactobacillus crispatus" que las que obtuvieron embarazos a término.
Según explica Jennifer M. Fettweis, coautora principal del trabajo “aunque nuestros resultados deben ser replicados, este hallazgo puede conducir a una prueba de detección que evalúe el riesgo de parto prematuro en las primeras etapas del embarazo, cuando es posible la intervención clínica” “En el futuro, es posible que tengamos en cuenta el microbioma vaginal para identificar a las mujeres embarazadas que puedan responder bien a una intervención o suplemento en particular”
Aunque distintos estudios apuntan a que algunas bacterias podrían estar asociadas al éxito reproductivo y a lograr el embarazo, aún no existen evidencias de que esta sea una relación causal. Es necesaria más investigación, según apuntan todos los expertos, para explorar y verificar todas las posibles implicaciones clínicas que apuntarían estos hallazgos.
